Cuando leas estas líneas quizás mis huellas se hayan borrado del camino, o haya tomado los senderos ocultos de los que tanto te hablé; recuerdas aquellos tiempos en los que compartíamos sin saberlo nuestra caja de recuerdos, animales noctámbulos buscando un reflejo blanquecino que nos sacase de nuestras cuevas, empezábamos a andar, a soñar, a volar…
Hoy recorro la colina en busca de aquel rinconcito donde conseguíamos ser dioses y detener el tiempo, donde acariciábamos el cielo con nuestros pensamientos…
¿Nuestra primera vez… te acuerdas?
Yo ensimismado con el solitario Thoreau
Tu saboreando poeta en nueva york,
Tu queriendo ser diosa y yo únicamente viento,
Tu primavera y yo invierno…
Al final conseguimos ponernos de acuerdo,
Entremezclamos las voces de nuestros silencios, comenzamos a querernos;
Anacrónicamente, pero querernos…
Tu te transformarte en sutil caricia
Yo en brusca ausencia,
Me regalaste tus silencios,
Yo me ahogaba en tus recuerdos,
Tu soñabas con volar
Yo me dejaba llevar por las olas de tus versos.
He vuelto a nuestro lugar, quizás tarde, quizás por miedo…
Regreso y aun años después los arboles buscan tu aliento
El mar, habido de ti, me recuerda que se acabo el tiempo…
Tu me prometiste eternidad
Yo, hacer realidad tus sueños.
Se va quebrando mi alma,
Mientras cumplo la promesa
Lanzando tus cenizas
A requerimiento del viento,
Hoy por fin podrás volar,
Volverás a ser primavera
Yo para siempre invierno,
Tu poeta en la eternidad
Yo…anticuario de tus versos…