Él cubrió
su cuerpo rojizo
con aquel vestido blanco
Maquillo su alma
Con escarcha
Detuvo su tiempo
Con su gélido aliento
Paralizo su cuerpo
Entre caricias de invierno
Sus frías manos
Para aprisionarla
En su reino
Quebró su dulce voz
Con solitarios silencios
Ella
Valiente y decidida,
Dejo florecer
Sus sueños,
Y acabo para siempre
Con aquel
Angosto invierno.